La adicción sexual es una condición que se puede manifestar a través de pensamientos obsesivos y/o comportamientos compulsivos en el área de la sexualidad. La sexualidad fuera de control se puede presentar en todo tipo de persona sin importar su edad, raza, género, orientación sexual, clase social, intelecto, religión o la falta de esta última. La adicción es una condición que afecta la mente, el cuerpo y el espíritu. La persona afectada ha perdido el control sobre sus pensamientos y comportamientos y es incapaz de detener los mismos por cuenta propia. Por ser la adicción sexual una conducta progresiva la ayuda profesional es esencial para que se pueda lograr una recuperación efectiva y permanente.
La adicción sexual es la enfermedad del escape, del aislamiento, de la desconexión y de la negación. La persona afectada de manera inconsciente busca escapar y desconectarse de sus emociones, de sus recuerdos y de su realidad. Con el tratamiento adecuado se puede llegar a la raíz del trauma que provocó que la persona afectada buscara refugio en una conducta obsesiva y/o compulsiva para no pasar por dolor y escapar y desconectarse de su realidad. La adicción sexual puede ir acompañada de otras formas de escape tales como lo es el consumo de drogas, alcohol, la codependencia y otras conductas o consumo adictivo. El tratamiento es esencial para recuperarse de la enfermedad de la adicción y volver a conectarse sin la necesidad de escapar.
La sexualidad se puede distorsionar con pensamientos o conductas adictivas. Algunas conductas sexuales que se pueden convertir en adicción sexual son las siguientes: masturbación con o sin pornografía, ver o participar de actos sexuales a través del internet, fantasías sexuales, parejas múltiples, sexo anónimo, chats o redes sociales en busca de imágenes o parejas sexuales, pagar o cobrar por sexo, exhibir sus partes sexuales, voyerismo o “ligar” personas con atractivo sexual, relaciones sado-masoquistas, abuso sexual y/o sexualidad con personas vulnerables, entre otras. Son conductas que al perderse el control de las mismas pueden resultar en consecuencias fatales. La terapia especializada ayuda a detener las conductas adictivas y a evitar las consecuencias.
La persona que participa de conductas sexuales adictivas sufre por la falta de control para detener sus pensamientos y/o comportamientos una vez comienza a tener consecuencias negativas. Las consecuencias se dan en términos de pérdidas que la persona va experimentando según avanza su comportamiento adictivo. La persona afectada con la adicción sexual sufre de una o más de las siguientes pérdidas: tiempo, energía, recursos, autoestima, erección con la pareja, relación de pareja, intimidad, hijos, familia, amistades, círculo social, estudios, trabajo, profesión, salud, libertad, espiritualidad, y hasta la vida. En la adicción todo es pérdida y en la recuperación todo es ganancia. El tratamiento ayuda a cambiar la vida y comenzar a ganar.
Las consecuencias de la adicción sexual son negativas y afectan a la pareja, a hijos y a la familia. Otras características de la adicción sexual lo son: la doble vida, el engaño, las mentiras, los secretos, sentimientos de culpa y vergüenza, falta de disciplina y estructura, falta de identidad, distorsión en la sexualidad, falta de apetito sexual con la pareja primaria, riesgos, peligros y situaciones vergonzosas, entre otras. La peor característica de la adicción sexual es la negación. La negación impide que la persona acepte que ha perdido el control de su conducta sexual y esto le impide buscar o aceptar el tratamiento adecuado para detener su comportamiento y poder llevar una vida saludable y libre de conductas adictivas. Con ayuda profesional la recuperación es posible.
Tocar un fondo es en la mayoría de los casos el evento necesario para lograr que la persona afectada acepte que tiene un problema y que necesita ayuda. La acumulación de consecuencias y no poder detener su comportamiento son factores que ayudan y es cuando la persona afectada se rinde y acepta que ya no puede seguir tratando de detener el comportamiento por su cuenta. Afortunadamente la ayuda está disponible con un tratamiento que ha probado ser efectivo para la recuperación de la adicción sexual si es que la persona lo quiere y está en disposición de hacer lo que sea necesario para recuperarse. Las personas con la adicción sexual tienen la oportunidad de entrar en tratamiento y disfrutar la vida de manera saludable. La guerra termina cuando alguien se rinde.
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